Hace ya casi dos décadas que el Britpop pasó a mejor vida. Durante su efímero reinado, bandas como Suede, Blur Oasis y Pulp, pero también Denim, The Boo Radleys y The Auteurs, desafiaron la invasión grunge, alentados por la Britpress y Tony Blair, el primer ministro rockero. Fueron años de optimismo irracional. Los 60 se convirtieron en los nuevos 90, y el viaje al pasado se convirtió en la mejor receta para recrear un Londres idílico. La guerra Beatles Vs. Rolling pasó a ser la de Blur Vs. Oasis, el art decó volvió a ponerse de moda y se volvía a hablar de una supuesta ‘modernidad’. Pero, ¿fue algo real? En Britpop: La vida moderna es una basura, Marcos Gendre recuerda aquella época, la disecciona y nos la muestra en carne viva para que la podamos someter a juicio. En nuestras manos queda resolver si todo fue una estafa o realmente existe una doble lectura. Entre las pruebas, podremos encontrar grandes discos y grupos tan relevantes como Pulp (por cierto, ¿la última gran banda pop?).
Pulp, ¿los reyes del Britpop?Para tener una panorámica lo más amplia posible, no sólo hay que ver el Britpop como una corriente en sí misma. Su onda expansiva fue el desencadenante que propició algunas de las respuestas musicales más contundentes desde los polos más extremos. No se entiende el Britpop sin conocer sus contrarios. Durante los años 1993-1997 Inglaterra fue un gran hervidero, pero no sólo por las estrellas pop reverenciadas desde NME y Melody Maker, sino también por el germen sembrado por formaciones tan inconformistas como Disco Inferno o Stereolab. De todo eso y mucho más trata este libro, una lectura concebida como el gran documental del Britpop que se llevaba tanto tiempo esperando.
