Septiembre del año 533 d. C: el strategos Flavio Belisario desembarca en la costa africana con el ejército bizantino que el augusto Justiniano ha puesto a sus órdenes para recuperar las provincias de África occidental e integrarlas en el Imperio Romano Oriental, derrotando de forma definitiva a los vándalos. Formando parte de este ejército imperial marcha el joven Andreas Corvino, ayudante del Quaestor Exercitus, que ha dejado en Constantinopolis la vida cómoda y llena de placeres propia de los jóvenes bizantinos de familias influyentes, para servir como intendente de los bucelarios, la fuerza de élite alistada por el propio Belisario. Con los bucelarios, Andreas conocerá el rostro de la guerra, tallado con el miedo, el sufrimiento y el dolor, pintado con sangre y barro; pero también descubrirá el valor, la camaradería y la embriaguez de la batalla.
