El protagonista de Carpanel , Ezequiel, es un hombre que está desesperadamente solo. Puede ser cualquiera de nosotros, pero él ama su horrible soledad, inmerso en la negrura y el desierto. Observa las cosas, los hechos y las personas como de lejos, muy distante; ya nada quiere sentir de los afanes cotidianos, está en un mundo que se vuelve anónimo y casi indiferenciado. Sabe que ya ha sido expulsado, si no del Paraíso de aquí, sí de la corriente vida que a todos nos es común. Es como si le hubieran despedido. Ezequiel los mira, quiere determinar bien sus rasgos, el aire que los envuelve, los gestos que sin darse cuenta hacen. Los siente lejanos, inconmensurablemente apartados, perdidos en unos límites que sus cansados ojos ya no alcanzan a ver.
