Llegar a la vejez con la ilusión suficiente para creer que el mundo sigue siendo mejorable es, para muchos de nosotros, un síntoma de salud mental y de paz de espíritu. Mariano Gomà ha escrito sus "Cartas a un amigo que nunca tuve" con la vocación de recoger algo de su propia experiencia, convencido de que, a pesar de la ausencia de tutelas morales en la sociedad actual, la cadena generacional sigue funcionando y algo hay en los mayores que puede ser de utilidad para los jóvenes. Las Cartas de Gomà hablan del mundo, de la vida, de la infancia, la soledad, la arquitectura, el mar, los libros, la amistad... Un viaje imaginario con el amigo "que nunca tuvo" le permite escribir sobre todo ello, con la vista puesta en el futuro.
