CIENCIA DE LEONARDO, LA

CIENCIA DE LEONARDO, LA

LA NATURALEZA PROFUNDA DE LA MENTE DEL GRAN GENIO DEL RANACIMIENT

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19,23 €
18,27 €
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Editorial:
ANAGRAMA
Año de edición:
Materia
Ensayo
ISBN:
978-84-339-6278-2
Páginas:
416
Encuadernación:
RUSTICA
Colección:
VARIAS
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Fritjof Capra demuestra que Leonardo fue el ½padre (no reconocido) de la ciencia moderna+. A partir del examen de más de seis mil páginas de los cuadernos de notas que han sobrevivido, Capra explica que Leonardo abor¡dó el conocimiento científico con la mirada del artista. Sus estudios de las formas vivas y de las inertes lo con¡vierten en un precursor del enfoque empírico y siste ¡mático de la observación de la naturaleza, lo que hoy se conoce como método científico. Las exploraciones cientí¡ficas de Leonardo abarcaban un espectro muy amplio. Estudió los patrones de vuelo de las aves para crear al¡gunas de las primeras máquinas de volar. Con su conoci¡miento de las palancas, las trayectorias y las fuerzas, di¡señó armas. Estudió óptica y las funciones del corazón humano. Era un genio de la mecánica, y sin embargo su visión del mundo no era mecanicista, sino orgánica y ecológica. ½Hace que nos preguntemos, al igual que Capra, si la historia de la ciencia no habría sido muy diferente de haber sido publicadas las notas en su tiempo y no cua¡trocientos años después de su muerte+ (Oliver Sacks).

Fritjof Capra demuestra que Leonardo fue el «padre (no reconocido) de la ciencia moderna». A partir del examen de más de seis mil páginas de los cuadernos de notas que han sobrevivido, Capra explica que Leonardo abor­dó el conocimiento científico con la mirada del artista. Sus estudios de las formas vivas y de las inertes lo con­vierten en un precursor del enfoque empírico y siste ­mático de la observación de la naturaleza, lo que hoy se conoce como método científico. Las exploraciones cientí­ficas de Leonardo abarcaban un espectro muy amplio. Estudió los patrones de vuelo de las aves para crear al­gunas de las primeras máquinas de volar. Con su conoci­miento de las palancas, las trayectorias y las fuerzas, di­señó armas. Estudió óptica y las funciones del corazón humano. Era un genio de la mecánica, y sin embargo su visión del mundo no era mecanicista, sino orgánica y ecológica. «Hace que nos preguntemos, al igual que Capra, si la historia de la ciencia no habría sido muy diferente de haber sido publicadas las notas en su tiempo y no cua­trocientos años después de su muerte» (Oliver Sacks).

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