El foco de atención del investigador se ha trasladado desde el estudio de los niveles de vida y del conflicto de clases hacia los imaginarios sociales y las interpretaciones de la realidad de los mismos campesinos. Así, aparecen ante nuestros ojos nuevas identidades rurales que no están necesariamente determinadas por la posición social, sino que aparecen ligadas a otras nociones como la de pertenencia a un lugar, las relaciones de reciprocidad o ciertas visiones comunitarias del cuerpo social. Se obtiene una interpretación del conflicto rural basada en la manera en la que los vecinos percibieron e hicieron significativo el mundo que les rodeaba.