Un barrio sevillano, el de San Lorenzo, aquel día a día con su cotidianidad de pueblo. Una infancia dejada atrás, como paraíso perdido, y la añoranza de las cosas que se fueron, que cantaba el Pali, y que sólo perduran ya en nuestro recuerdo.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información