Nelson Marra tiene tantos motivos para el cabreo como para la nostalgia. Sus cuentos -lo comprobará el lector- rezuman un poco de ambas cosas y no es cuestión baladí que lo hagan por razones varias: cuando el «boom» de la literatura latinoamericana estaba en pleno apogeo, Marra sufría prisión en Uruguay militarizado sólo por haber escrito un cuento que en esta retrospectiva se incluye: El guardaespaldas. Motivo más que suficiente como para contemplar con cierto desdén los fastos y las pompas del mundo literario.