Airado por lo que consideraba una agresión contra la autonomía de su Escocia natal, integrada en el Reino Unido, Walter Scott escribió, en 1826, lo que algunos consideran el primer manifiesto del nacionalismo escocés moderno. Un proyecto de ley referido al sistema monetario le llevó a arremeter contra la actitud del gobierno de Londres, que cada vez respetaba menos los términos del Tratado de Unión firmado por Escocia e Inglaterra en 1707. Ésta es la primera traducción al castellano del ensayo.