Los intensos flujos migratorios, que desde 2015 han afectado a la UE, han puesto de relieve los problemas estructurales de la política de inmigración y asilo, desarrollando un interesante debate sobre la necesidad de reformar este sistema, y provocando la adopción de propuestas para abordar de forma transversal sus principales ámbitos. Si bien hay que reconocer que la UE se ha puesto en marcha, hasta el momento no ha tenido mucho éxito. Y es precisamente por ello que es necesario mirar también más allá del Océano Atlántico para analizar si los Estados del continente americano están viviendo una crisis migratoria parecida a la de Europa, qué tipo de crisis, su intensidad y en especial las respuestas que se están dando en estos países extracomunitarios. En este sentido y desde esta perspectiva, el carácter global y estructural del fenómeno migratorio requiere un análisis más amplio, considerando, a través del método jurídico comparado, el contexto no solo de la UE sino también, por un lado, de los países de origen y tránsito para comprender las causas e intentar ayudar a estos países; y por otro las políticas