Vivimos en la actualidad, no sólo en nuestro país sino en buena parte de Europa y el resto del mundo, una sociedad crispada, dividida, llena de ruido y furia. La pérdida de valores es un dato que no necesita demasiado análisis para percibirse. El individualismo a ultranza y el ejercicio de la libertad sin responsabilidad conforman un paisaje desasosegante, pero lleno de posibilidades para vivir en él la novedad del Evangelio.nnLa visión cristiana del mundo no es catastrofista ni negativa, sino lúcida, positiva, esperanzadora. La ética que sale de ella puede iluminar el contexto presente, invitar a un rearme moral de la sociedad, hecho de respeto a la unicidad de las personas y a su dignidad inalienable; de búsqueda de la verdad en todos los órdenes; de anhelo de fraternidad para todos los que vivimos en un mismo mundo.nnEl libro que el lector tiene entrelas manos, nacido del curso homónimo organizado por la Cátedra de Teología Contemporánea "José Antonio Romeo" del Co