La abuela insiste con cariño, pero no hay manera de convencer al niño. Los remedios de sus amigos son de lo más loco y eso tampoco parece curarle ni un poco. Pobre Felipe ¡atchús! que no se le quita la gripe ¡atchús!
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información