Inspirado en la invitación de san Francisco de Asís a vivir un amorque va más allá de las barreras de la geografía y del espacio, y apartir de la parábola del buen samaritano, el papa Francisco se dirige a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, más allá de susconvicciones religiosas, para proponer, en esta encíclica social, elejercicio de una fraternidad abierta a todos que permita construir unmundo nuevo. Sus páginas quieren ser «un humilde aporte a la reflexión para que, frente a diversas y actuales formas de eliminar o deignorar a otros, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño defraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras».«Volvamos a promover el bien, para nosotros mismos y para toda lahumanidad, y así caminaremos juntos hacia un crecimiento genuino eintegral».