Sobra en C+¡diz la gracia para sufrir y para gozar. Su depositario en la gloria y en el sufrimiento, en el purgatorio de Segunda B o en el para+¡so de Primera, se llama C+¡diz C.F. Y su afici+¦n, abnegada y ejemplar, tiene ahora la oportunidad de gustar, en estos relatos, de todo ese arsenal simb+¦lico y dial+®ctico que tiene su sustento en tanta mortifi caci+¦n y enredo. Antonio Hern+¡ndez nos habla de f+ºtbol para hablar de varias cosas a la vez: de lo asombroso y del gusto de fi gurarnos cosas, de lo que no pas+¦ y de lo que pudo llegar a pasar y, finalmente, de las artes y de las trampas del cadismo. El sentido de la tragedia inventa ins+¦litos recursos que el escritor maneja como nadie, siendo capaz de transformar un juego sin gloria en una trifulca legendaria. Al hacerlo, el narrador renuncia a tener la raz+¦n absoluta --el f+ºtbol es una condici+¦n subjetiva-- pero acierta a interpretarlo con trazo directo en estas historias futboleras alimentadas en el drama, crecidas en la superaci+¦n de la derrota, en las que el humor, una de las formas m+¡s inteligentes de hacer literatura, gana por goleada.
