El lenguaje usado últimamente por muchas feministas necesitacontemplarse a sí mismo un momento. A veces, se impone la sensación de que ser feminista hoy pasa por utilizar perífrasis y circunloquios,anglicismos y neologismos, frases hechas y clichés, expresionesdifíciles de entender para personas no iniciadas. Cada una de estasprácticas, por separado, empobrece nuestro lenguaje y nos aleja de laclaridad; juntas, muestran que nos está ocurriendo algo preocupante.El feminismo se ha caracterizado históricamente por poner en marchaconceptos novedosos que han permitido alumbrar zonas de la realidadque estaban en la sombra. Pero, en la actualidad, está teniendo lugaruna proliferación de términos desorbitada y perjudicial. Hablar clarono implica solo que un discurso se entienda. Tiene relación tambiéncon un requerimiento tanto ético como político: el de mantener debates que respondan a lo sustancial y no a motivaciones ?poco presentables? ajenas a la discusión.