El oficio de hombre del saco ya no es lo que era. Ni el aspecto desalinado ni la cara de malo son suficientes para asustar a los nihos demasiado revoltosos. jY encima estan demasiado flacuchos para comérselos!
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información