«Al comienzo de los años 10 del siglo XX, una nueva revista alemana, Logos, interesada por el éxito reciente y muy rápido de la filosofía fenomenológica que se elaboraba en torno a Edmund Husserl en la Universidad de Göttingen, solicitó a este pensador un texto en que se presentaran el programa de esa filosofía y algunos de los rasgos esenciales de su contenido, por los que se diferenciaba del resto de corrientes en vigor.