Conozco la sequía. El espacio triste donde mi piel se vuelve frágil yno sabe proteger el corazón que lleva dentro. Estar en oscuridad unalarga temporada no beneficia a las flores, pero henecesitado mucho tiempo, más del que me hubiera gustado, para salir de aquí. Cuando se coló el primer rayito de luz yo seguía cerrando losojos. El miedo a veces nos recorre de forma extraña.Todo lo que deseami cuerpo es un lugar en el que sentirse en calma, y para eso, hay que dejar de regar las flores que ya no están y confiar enlas flores que vendrán.