Cuántas veces hemos enterrado la cabeza en el pasado. Cuántas de esas veces, ello nos ha permitido coger aire. Cuántas en cambio, ha acabado por hundirnos. Los días revividos quiere ser un marco de aceptación para las vivencias adquiridas que forjan nuestro destino más inmediato: el de cómo nos sentimos «aquí y ahora». A través de un diálogo vital con diversos momentos y matices en esa conversación con nosotros mismos, o de nosotros mismos con otros y por otros, se pretende asentar la madurez de un sentimiento, siendo conscientes del mismo; admitiéndolo, dándole su espacio e importancia con el simple objeto de reconocerlo como nuestro. Por mucho que nos oxigene o ahogue.
