Este breve estudio, metódico, claro y conciso, fue impreso en español por vez primera en 1786 con el objeto de servir como "resumen de los conocimientos necesarios a las personas encargadas de los enfermos, las paridas y los recién nacidos". Escrito por Joseph Barthélemy François Carrère, catedrático de anatomía y cirugía, inspector general de las aguas minerales de la provincia de Roussillon y médico del rey francés Luis XVI y llevado al castellano por Francisco Salvá, ilustre médico, físico e ingeniero español, el tratado tuvo una gran aceptación en su época, siendo rápidamente traducido a diversos idiomas y reimpreso en numerosas ocasiones. Dirigido a los enfermeros, el texto trata las cualidades que deben tener éstos, la preparación y administración de los remedios, medicinas y alimentos y las precauciones que se deben observar con las enfermedades contagiosas.
