Uno de los libros más notables de la nueva crónicalatinoamericana.
La abuela de Rafael Gumucio no loperdonaría jamás por este libro, uno de los más notables de la nuevacrónica latinoamericana. Y al mismo tiempo, en una hipérbole de laparadoja que le encantaba ser, lo admiraría con la misma fruición conla que adoró al Proust de damas y damiselas.
En esta biografía que atraviesa el siglo xx chileno, con transatlánticos literarios que van de Constantinopla a París, el escritor y periodista salda cuentas con la mujer que en vida ya era mítica en una aristocraciasudamericana llena de frustración y contradicciones. La abuelasofisticada de Gumucio suplanta al padre ausente, a la madre borrosa,a un país esquivo y chúcaro, lejano y frío.
Marta RivasGonzález murió para que su nieto la contara. Amiga de escritorescélebres -desde Yourcenar, que la pretendió en vano, hasta GarcíaMárquez, que dejó de verla sin que ella jamás reclamara un cariñomezquino-, amante posible de muchos -Donoso la quiso como coartada desu homosexualidad oculta-, amante real de varios a los que deplorabapor pésimos.