Cámara al hombro, calzado con las “sandalias de celuloide” que dieron nombre a sus primeros relatos viajeros (Sandalias de celuloide. Ediciones Beta), el autor prosigue su andadura por diversas partes del mundo: el norte de la India, Costa Rica, San Petersburgo y Moscú, Nepal, las Islas Marquesas… El rico anecdotario que llena cada capítulo del libro se ve salpicado por comentarios cinematográficos y técnicas del manejo de la cámara de vídeo en diferentes situaciones; fruto evidente de una experiencia docente y personal en el campo del documentalismo. El título, La mirada del tercer ojo, pretende sintetizar la filosofía que impregna sus páginas. El sexto chakra, el del Tercer Ojo, es un vórtice sensorial ubicado en el entrecejo a través del cual, dicen algunos, se puede acceder al mundo invisible y de lo desconocido. Pero existe otro tercer ojo, el de la cámara, capaz de contemplar el mundo con una mirada más aguda, más penetrante, más reflexiva que la de los órganos de visión humanos. La frase de Dziga Vertov “un hombre pegado a la cámara” adquiere así pleno significado cuando se llega a la pintoresca pincelada del encuentro con el maharajá de Jaipur, a la descripción de la violenta respuesta del volcán Arenal, o al episodio de la paliza del mendigo en Moscú. Saboree, pues, el lector esta interesante recopilación de historias de viajes, haciendo que su mente traspase la letra impresa y se llene de imágenes, sonidos y olores que evocan lugares mágicos en momentos irrepetibles.
