En Nana, Palahniuk ha afinado al máximo su oído para crear una parábola tan importante como disparatada.A Carl Streator le han encargado una serie de artículos sobre la muerte súbita infantil, algo que le resulta familiar pues él mismo perdió a su hijo en circunstancias extrañas. Tan extrañas como que en todas las casas donde ha muerto un bebé hay un ejemplar de una antología de poemas africanos que contiene una nana letal. El periodista, una agente inmobiliaria, su secretaria y el novio de esta emprenderán un hilarante viaje a la caza de todos los ejemplares del libro, incluido el que ahora usted sostiene en sus manos...La crítica ha dicho...
«Corra a comprar libros de Palahniuk. Vaya a la biblioteca del barrio. Pídaselos a un amigo. Róbelos. Pero léalos. Ya está tardando.»
ABC«Como Kurt Vonnegut, Palahniuk hace juegos malabares sobre el nihilismo y el idealismo, con un estilo fluido y divertido. Reformula pautas de comportamiento que finalmente adquieren un tono casi místico.»The New York Times«Palahniuk es una de las voces más frescas e intrigantes que han aparecido en mucho tiempo. Retoma el sentido del humor de Vonnegut, el mordaz análisis social de DeLillo y el surrealismo de Pynchon para construir un puzzle brillante, brutal y muy personal.»
New York Newsday«Cuando uno lee a Palahniuk capta que algo sucede en Estados Unidos que, cada tanto, en medio de tanta mentira, surge alguien que dice la verdad. Palahniuk, como Denis Johnson, poetizan, casi sin darse cuenta, lo que sucede debajo de las autopistas iluminadas, en esos barrios oscuros, abandonados. Uno entra en sus libros limpio y sale sangrando, hediondo, dañado, vivo.»
Alberto Fuguet