Este libro, escrito a partir de una penosa circunstancia real, pretende un doble fin: rendir homenaje póstumo a una mujer, desaparecida joven, y recrear metafóricamente el modo como interpreta el autor las realidades, universales, del tiempo y la muerte. La concepción de ambas enlaza con la melancolía propia del desengaño barroco y la desolación de la moderna filosofía existencial.