Ella lo tenía todo. Belleza, inteligencia, dinero. Una casa en el mejor barrio de la ciudad, decorada por un interiorista de prestigio. Un marido atractivo y socialmente considerado. Un trabajo bien pagado y que le gustaba. Ella lo tenía todo. Excepto felicidad. Con espíritu reflexivo y un sentido del amor ácido y corrosivo, la protagonista indaga sobre su vida amorosa. Va desgranando todo lo que no le ha podido contar a nadie sobre su infancia, su juventud, su adolescencia, su matrimonio. Todas las historias que ha escondido, empeñada en venderle a los demás una imagen de mujer triunfadora y feliz. Y se hace una serie de preguntas. Desde las emociones. Podría ser que el amor romántico, el amor pasión, no sea más que un concepto creado al servicio de la subordinación social de las mujeres. Quizá esas fases que hemos vivido todas -idealización, erotización del otro, deseo de intimidad y expectativa de futuro- no sean sino una trampa. Acaso exista una estrecha relación entre nuestro concepto del amor y el ordenamiento desigual del mundo. Tal vez las contradicciones y conflictos que ella vive no son sino los n