PROMETEO ENCADENADO

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Editorial:
GREDOS
Año de edición:
Materia
Clasicas
ISBN:
978-84-249-0636-8
Páginas:
96
Encuadernación:
Rústica
Colección:
VARIAS
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Esquilo es el primero y más antiguo de los tres grandes trágicos griegos cuyos nombres son bien conocidos: Esquilo, Sófocles y Eurípides. Esquilo nació en Atenas hacia el año 525 a.C., muriendo el 456 a.C. Escribió y puso en escena unas ochenta tragedias, de las cuales se nos han conservado siete. Entre ellas se cuenta Prometeo encadenado, que representa el choque entre el dios poderoso, Zeus, y el titán rebelde, Prometeo, que le había robado el fuego y se lo había dado a los hombres, y con él todas las artes que hacen la vida más vivible. Fuerza y Violencia, acompañadas del dios herrero Hefesto, clavan a Prometeo a la roca del Cáucaso por encargo de Zeus; queda solo y canta su dolor, causado por su acción benéfica. En aquel confín del mundo sólo el río Océano, que abraza la tierra, está cerca. Prometeo no cede ante las súplicas de las Oceánides ni de Océano, sino que, al contrario, se jacta de su acción: enseñó a los hombres el número, la medicina, la adivinación, el fuego y con él las artes. Y guarda su secreto...

Esquilo es el primero y más antiguo de los tres grandes trágicos griegos cuyos nombres son bien conocidos: Esquilo, Sófocles y Eurípides. Esquilo nació en Atenas hacia el año 525 a.C., muriendo el 456 a.C. Escribió y puso en escena unas ochenta tragedias, de las cuales se nos han conservado siete. Entre ellas se cuenta Prometeo encadenado, que representa el choque entre el dios poderoso, Zeus, y el titán rebelde, Prometeo, que le había robado el fuego y se lo había dado a los hombres, y con él todas las artes que hacen la vida más vivible. Fuerza y Violencia, acompañadas del dios herrero Hefesto, clavan a Prometeo a la roca del Cáucaso por encargo de Zeus; queda solo y canta su dolor, causado por su acción benéfica. En aquel confín del mundo sólo el río Océano, que abraza la tierra, está cerca. Prometeo no cede ante las súplicas de las Oceánides ni de Océano, sino que, al contrario, se jacta de su acción: enseñó a los hombres el número, la medicina, la adivinación, el fuego y con él las artes. Y guarda su secreto...