El sector del seguro de vida ha venido experimentando un importante desarrollo impulsado por diversas circunstancias. Han coadyuvado a su positiva evolución, entre otros factores, la sensibilización en torno a la incertidumbre sobre la sostenibilidad del sistema público de pensiones, cuestión que afecta y preocupa a la sociedad en general; la obligatoriedad de la externalización de los compromisos por pensiones, que propició un importante avance en la comercialización del seguro de vida; las situaciones económicas favorables, pues con un mayor porcentaje de renta disponible, una vez cubiertas las necesidades básicas, se aumentan las posibilidades de destinar parte de esa renta al ahorro o a la previsión y, por supuesto, la fiscalidad que le resulta aplicable al contrato de seguro de vida, en la medida que puede reducir la factura fiscal del contribuyente. En relación con la fiscalidad debe señalarse que se ha convertido en una potente herramienta al servicio de las políticas públicas que promueven el ahorro a largo plazo de las familias, con el fin de constituir un capital que sirva de complemento a las pens
