La gran hazaña de un íbero que se convirtió en el Rey Lobo En la Iberia del siglo V a J.C., Zumel se inicia en la vida de adulto; para ello debe cazar un lobo pero, tras matarlo, se lo entrega a su amigo Turrillo, hijo del jefe del pueblo, débil y con menos facultades. Ya adultos, Zumel, junto con Cotufres, se alistan como mercenarios. Doce años después, los dos íberos deciden regresar a su patria, pero Cotufres es asesinado y Zumel se ve obligado a huir y posponer su venganza. Ya instalado, se entera de que Turrillo tiene un hijo con la mujer a la que amaba y que se ha convertido en la máxima autoridad, sin mantener las costumbres de siempre
En la Iberia del siglo V a J.C., Zumel se inicia en la vida de adulto; para ello debe cazar un lobo. Encuentra un ejemplar negro, conocido como el «Rey» aunque, tras matarlo se lo entrega a su amigo Turrillo, hijo del jefe del pueblo, débil y con menos facultades que Zumel, para no dejarle en entredicho ante el pueblo. Ya adulto Zumel, junto con Cotrufes, se alistan como mercenarios persas para luchar contra los griegos. Doce años después, los dos íberos deciden regresar a su patria, pues sólo han conseguido pasar penurias y una gran colección de heridas. Cuando Cotufres solicita la licencia se la deniegan y lo asesinan. Zumel decide vengar a su padrino matando a Potasio, responsable del asesinato. No obstante, se ve obligado a huir, desertar y posponer su venganza. Se embarca en una nave fenicia y por fin llega a su poblado. Sólo quiere dedicarse al pastoreo y a vivir tranquilo. Ya instalado, se entera de que Turrillo, su mejor amigo al que cedió el honor de matar al rey lobo, tiene un hijo con Belasia, la mujer a la que Zumel amaba y que ahora cumple las funciones de cortesana del jefe, pues Turrillo es el líder del poblado y se ha convertido en la máxima autoridad, sin mantener las costumbres de siempre.
