«[...] Pero, sobre todo, la virtud principal de este humor es que brota de una raíz más honda, de una asunción consciente, y por tanto sinceramente compasiva, de las tribulaciones a las que se ve sometida la condición humana. Los muertos queridos de Pedro, que tan a menudo se pasean por sus libros con alpargatas, están muy vivos, los ha sabido resucitar de cuerpo entero su palabra; pero lo más chocante es que además parece que estén casi contentos». Del Prólogo de Vicente Gallego