Esta leyenda, que resonará con fuerza en relatos posteriores de Bécquer como "El Miserere" o "Maese Pedro el organista", supone un hito de la narrativa breve del romanticismo alemán. El sustrato popular de lo legendario, la predilección por el tema medieval germánico y, sobre todo, la celebración de la música como lenguaje del misterio y mediación del entusiasmo, convierten este texto en un relato imprescindible.