La naturaleza de la población, consecuencia de los procesos migratorios, está cambiando la sociedad. En consecuencia, la educación intercultural no sólo es un menester de la escuela, sino de la sociedad entera, de los ciudadanos, los políticos, los empresarios, los intelectuales y la opinión pública en general. Las reflexiones de este libro sólo quieren servir para pensar sobre la realidad del mundo, sobre hechos y personas reales de forma rigurosa, sugerente y clara.