Correr el riesgo de quedarse viuda a los veinticinco años no tiene sentido... pero el conmovedor testimonio de esta pareja muestra cómo la angustia o los sueños rotos se pueden convertir en aceptación y amor.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información